La misión de la Iglesia de evangelizar al mundo requiere modelos de santidad que resplandeciendo a la gracia de Dios den testimonio notable del amor y presencia salvífica de Cristo en el mundo y del Reinado que ha de venir. María del Refugio, mujer de comunión liberadora, seducida por el amor de Dios, con audacia y valentía se propuso colaborar para hacer presente en todo el mundo el gran misterio de la presencia de Cristo Redentor, convertido en pan de salvación y vino de amor para los hombres.
La Congregación ha propuesto a María del Refugio como uno de esos ejemplos, que nos enseña a vivir cumpliendo la voluntad divina, para gloria de Dios Padre y salvación de las almas, haciendo de lo natural algo extraordinariamente sobrenatural. Su vida es un mensaje de evangelio para las religiosas que le siguen y de un modo más extenso para todos los que la conocen, dentro y fuera de la familia mercedaria.
María del Refugio gozó de fama de santidad en vida y más aún después de su muerte, pero la introducción de la causa de beatificación demoró algunas décadas debido, entre otras causas, a la crítica situación de la Iglesia en México, que acababa de atravesar una prolongada persecución religiosa. A raíz de 1960, cincuentenario de la fundación de la Congregación, se reaviva el interés por ver glorificada a la Madre Fundadora y comienzan a escribirse obras biográficas, cada vez más completas y mejor documentadas y a realizarse publicaciones diversas sobre la obra de María del Refugio.