El espíritu de la Merced está formado por un conjunto de Institutos religiosos y asociaciones de laicos que han ido surgiendo a través de los tiempos. Apelan al mismo fundador originario, san Pedro Nolasco, se sienten unidos por un mismo amor a la Virgen María, en su advocación de la Merced, cultivan un mismo espíritu y forman la Familia Mercedaria (COM, 12).
El primer grupo está formado por la Orden de la Merced, es decir, por los religiosos que «fieles a los propósitos del Fundador, mediante adecuadas obras de misericordia, se dedican a visitar y redimir a los cristianos cautivos en poder de los enemigos de Cristo»; las Mercedarias son el correlativo femenino de los mercedarios, que con una variada evolución histórica han quedado como sigue:
«Las monjas mercedarias, herencia preciosa de aquel grupo de mujeres que, con santa María de Cervellón, colaboraron desde el principio en la obra redentora de san Pedro Nolasco»; se establecieron el 25 de mayo de 1265.